Las estadísticas hablan de aproximadamente unos 12.000 asistentes de todas las edades, ideologías, situaciones laborales, económicas y por supuesto situaciones personales, si bien todas ellas con un nexo común... la necesidad de un empleo...
Las colas de personas han sido impresionantes, así lo han dicho en todos los medios de comunicación, y aunque algo he visto sobre todo así me lo he imaginado porque mi presencia en la Feria quedó finalmente limitada a estar en el stand de la Asociación de Iniciativa Social BERCE junto con mi compañero de trabajo, quietita y sin moverme como manifestación de apoyo a todas las personas que vivieron horas de espera para poder acceder al recinto.
La previsión de asistencia inicial era alta, muy alta pero finalmente y ya desde la mañana del primer día estas se quedaron cortas, muy cortas... expectativas además no deseables ni por la parte empresarial, ni por la parte social ni por parte de la organización, personas también en situación de desempleo y en búsqueda activa de trabajo que pusieron su tiempo a disposición de Empregalia para que esta se pudiera celebrar.
Podría por tanto hablar de la DESESPERACIÓN que percibí y viví los dos días de duración de la Feria de Empleo pero realmente no me siento todavía preparada para hablar de esas colas interminables y ni tan siquiera de las situaciones vividas... aunque estoy segura que todo llegará...
Sí me gustaría hablar de las PERSONAS con EMPLEO, de las PERSONAS con OCUPACIÓN, de las PERSONAS que tienen un sueldo a fin de mes... PERSONAS que no viven la misma DESESPERACIÓN que yo sentí, PERSONAS que no viven atemorizadas porque entre sus prioridades no está el buscar la fórmula para lograr subsistir y... de las que sin embargo se continúan escuchando quejas y lamentos en lugar de sentirse privilegiados y con los recursos necesarios para apoyar a su entorno.
La queja de quien menos queja tiene está bastante instaurada en nuestra sociedad, nos quejamos porque es lunes, martes o miércoles... llegado el jueves que bien que ya falta poco para el fin de semana... llega por fin el tan ansiado sábado y domingo... y ya nos quejamos de nuevo porque es lunes... y así semana tras semana continuamos instaurados en la queja, el lamento o queriendo denunciar injusticias no sé si justas o injustas.
Y yo, ignorante de mí, me quedo perpleja y sin entenderlo... una porque parece que es un castigo trabajar y más si es un sábado o un domingo y dos porque el tiempo es vida, nuestra vida los siete días de la semana, los doce meses del año...y siempre creí que así queremos y debemos vivirla todos y todas...
Lejos de querer entrar en valoraciones personales ni en situaciones particulares que todas las personas tenemos y vivimos... y de las que cada uno conocemos las nuestras... realmente y ante esta situación económico-social a la par que inusual porque no estamos acostumbrados ni nos han enseñado ni preparado para vivir así...
¿Hasta dónde tenemos derecho a la queja y el reclamo las personas que podemos disfrutar de un empleo, un sueldo a fin de mes y un quehacer diario? sí un quehacer diario... con carácter obligatorio dicen unos u otros... siiii!!!! bueno... un quehacer que nos abre oportunidades, nos ofrece experiencias y nos ayuda a crecer como personas.
Me indigna, y esto sí es una atribución personal, llevar años escuchando de boca de muchas y muchos que el trabajo no hace al hombre, que cuánto menos tiempo se le dedique mejor, que no habría que trabajar... ¿le decimos eso a las 12.000 personas que pasaron por Empregalia o a los más de 6 millones de parados de este país?
Sociedad en general, que la VIDA sólo se vive una vez y está para ser vivida, que debemos ser activos y proactivos, CRECER y EVOLUCIONAR... y abandonar el lamento que hasta donde yo sé tampoco soluciona problemas.
Y cierto, no hay que tener afinidad con estos mis pensamientos y cierto y además lícito... cualquiera de nosotros puede instaurarse en la queja, elegir moverse poco o si cabe nada y empaparse de horas y horas de televisión, ordenador o de cualquier tipo de imagen o sonido que la tecnología nos aporta... pero aceptando que como opción escogida tampoco existe el derecho al lamento.
Paula Suárez
Asociación BERCE
me sientototalmente identificada con tus opiniones, no seria licito hablar de exito de la feria sin pararse a pensar en todo lo que significo la gran marea humana que allise congrego, a mi me embargo una gran tristeza y una sensacion de impotencia y de vacio , de verdad que nadie tiene alguna idea para salir de esta gravisima situacion,que abarca a multitud de personas de todas las edades ,dramas humanos de dificil solucion agravados por la depresion porque es dificil no caer en ella , me ha sorprendido gratamente saber que hay mucha gente que ve la situacion con una gran objetividad,tendrian que nuestros politicos hacer lo mismo .
ResponderEliminarSin palabras. Pero yo encontre buenos consejos que me valieron la pena y aprendí mucho de varios stands de cómo funcionan las empresas al recoger CV. De todo se aprende
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